LOS DESAGÜES PLUVIALES UNEN LAS CALLES CON LOS ARROYOS
Las comunidades pueden, sin saberlo, impactar las vías fluviales locales a través de sus actividades cotidianas. En realidad, es simple: los desagües pluviales que se ven en nuestras calles, patios y estacionamientos fluyen sin tratamiento directamente a los arroyos, ríos, bahías locales y al Océano Pacífico. Cualquier material que quede afuera puede ser transportado por el agua de lluvia, el agua suministrada localmente (es decir, rociadores) o el viento.
Si te detienes un momento a pensarlo, ese pequeño trozo de basura que ha estado en la cuneta, el fertilizante que queda en los parterres de flores, las bacterias y patógenos de los desechos olvidados de mascotas, con la incorporación de agua y, en algunos casos, el viento, todos estos contaminantes viajarán directamente a nuestros arroyos. La buena noticia es que hay mucho que podemos hacer, con algunos cambios simples, que tendrán un gran impacto.